La semana santa ha dado comienzo en el colegio Enrique Viviente.
El evento central de la procesión fue el trono creado especialmente para la Virgen del CEE Enrique Viviente. Este trono, elaborado con esmero y devoción por los alumnos y maestros, se ha convertido en el símbolo de la unión y el respeto. Decorado con flores de plastilina, blondas, brillos, telas y detalles artísticos, el trono fue llevado en andas por alumnos, el equipo de profesionales ataviados con mantillas, alumnos nazarenos y penitentes, portapasos, quienes recorrieron el patio del colegio en un ambiente de recogimiento y solemnidad.
Un alumno llevó el estandarte del trono con orgullo y responsabilidad que caminó al frente de la procesión, sosteniéndolo en alto.
La procesión culminó ofreciéndose palabras de agradecimiento. La comunidad educativa del Colegio Enrique Viviente demostró una vez más su capacidad para unirse en torno a valores como el respeto.
La procesión fue presidida el maestro que representaba al cura del colegio y junto a él, Alfonso Campillo representando al hermano mayor, que acompañó el recorrido, aportando su guía y apoyo a todos los presentes.
Finalizó el acto con unas saetas cantadas a la Virgen y una lluvia de pétalos.
Este evento quedará en la memoria de todos los presentes.
El evento central de la procesión fue el trono creado especialmente para la Virgen del CEE Enrique Viviente. Este trono, elaborado con esmero y devoción por los alumnos y maestros, se ha convertido en el símbolo de la unión y el respeto. Decorado con flores de plastilina, blondas, brillos, telas y detalles artísticos, el trono fue llevado en andas por alumnos, el equipo de profesionales ataviados con mantillas, alumnos nazarenos y penitentes, portapasos, quienes recorrieron el patio del colegio en un ambiente de recogimiento y solemnidad.
Un alumno llevó el estandarte del trono con orgullo y responsabilidad que caminó al frente de la procesión, sosteniéndolo en alto.
La procesión culminó ofreciéndose palabras de agradecimiento. La comunidad educativa del Colegio Enrique Viviente demostró una vez más su capacidad para unirse en torno a valores como el respeto.
La procesión fue presidida el maestro que representaba al cura del colegio y junto a él, Alfonso Campillo representando al hermano mayor, que acompañó el recorrido, aportando su guía y apoyo a todos los presentes.
Finalizó el acto con unas saetas cantadas a la Virgen y una lluvia de pétalos.
Este evento quedará en la memoria de todos los presentes.
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